Cuando veo la cara de tonto de este hombre en este plano casi fijo, no me lo puedo creer. Es una cara de resignación, casi de un perrito cuando se ha portado mal y le riñes. O más bien, es la cara que implica “haré lo que vosotros queráis, me humillaré lo que sea necesario por el bien de esta marca…” De hecho, es una cara que te dan ganas de abofetear, te da rabia ver su cara…,
Estoy hablando del anuncio en el que únicamente sale Tiger Woods, de hombros para arriba. La imagen es en blanco y negro y la cámara está quieta hasta que se empieza a acercar a esa faz que casi hace “pucheritos”, con su paleta gorrita con el simbolito que rige su vida, ante la estampa de un campo de golf, o eso parece.
Se oye la voz en off, se supone que de su padre, con un mensaje un tanto ambiguo, pero que hace claramente referencia a sus devaneos sexuales sacados a la luz de forma escandalosa hace unos meses.
En algunos sitios he leído que el deportista se ha empeñado tanto en lavar su imagen que ha sacado de sus casillas a su mujer y que le ha dejado; sin embargo, yo pienso que la identificación de este personaje con Nike es total, forman una simbiosis, no se sabe cuándo acaba uno y donde empieza el otro. Un chico negro, apuesto, en un ambiente tan selecto y tan “de blancos” (entre comillas, por supuesto) atraía a un mercado que a Nike le convenía atrapar.
¿No os parece excesivo que pida disculpas públicamente por ponerle los cuernos a su mujer? Pero eso ¿a quién le importa? ¿Y no es excesivo que después de hacer terapia y volver al juego, aún se presente en este anuncio a punto de estallar en llanto? ¿Por qué ya no es suficiente ser un buen deportista para anunciar ropa deportiva?
Lo que se está lavando no es la cara del hombre, sino la cara de la marca, la exposición pública de sus “deslices” seguramente, también se hizo meditadamente por este motivo.. Nike disculpa así públicamente a Tiger, en quien tanto confió para ser el símbolo (o más bien, la mascota) de su marca y que le ha defraudado. Es una humillación pública mediante la cual Nike nos comunica que también está defraudada con su comportamiento.
Si esta empresa hace esto es porque ya no sabemos distinguir a la persona del personaje. El tigre golferas ha estado a punto de hundir a su personaje con su persona, pero Nike ha mezclado a ambos y se ha solucionado el problema. Tiger Woods, sencillamente, le ha vendido su alma al diablo. Quizá por eso oye la voz de su padre, desde la ultratumba.
